En esta oportunidad quiero ahondar en la segunda parte del escrito donde expongo que hace falta ahondar en valores humanos y cristianos, cito textual : "... sueño para mi niño con profesores que entiendan, amen y asuman la transcendencia de su misión o vocación, consciente de que no se agota con impartir conocimientos o propiciar el desarrollo de determinadas habilidades y destrezas, sino que se dirige a formar personas, a enseñar a vivir con autenticidad, con sentido y con proyecto, con sólidos valores humanos y cristianos..."
¿A qué me refiero con valores cristianos? ¿No son acaso los que se dan en la asignatura de religión o en la catequesis? me preguntó hoy una amiga-madre, mientras comentábamos las respuestas.-
Efectivamente, es eso, y mucho más, son valores que no se deben dejar ver solo en esas asignaturas sino en todo el contenido programático del cole y también en nuestras familias. Con ello me refiero a que se note una lucha por mantener una unidad, coherencia,armonía entre la fe y la razón, y si la tenemos dormida, - seguí comentando- nos tenemos que espabilar!
Todo el trabajo del equipo docente y de padres y otros, será mas efectivo y eficaz, si vemos en Dios, la supremacía, el norte, la razón de ser, pues, en El, nacemos, nos movemos y existimos y sin el no podemos nada y se trata de una realidad que el niño debe experimentar (a su nivel) desde pequeñín y que poco a poco vaya evolucionando con su edad.
Que el niño aprenda y viva la gozosa experiencia de contar con un Padre Dios, misericordioso, que le ama más que cualquier criatura humana, (aunque a veces no entendamos sus designios, pues, todo redunda en nuestro bien), y que nos da el preciado don de la libertad para poder elegir con responsabilidad.
Que nuestros niños, vean en sus compañeros, hijos de un mismo Padre, hermanos con los que compartir, respetar, cuidar, ayudar y caminar juntos sobre los senderos de paz , pero no cualquiera, sino esa que solo Dios puede dar, lejos del afán hedonista y consumista actual, que además de robar la paz nos llena el alma de dolor y sinsentido.
Un colegio donde los pequeñines, aprendan a hacer las cosas, no por afán de superioridad, o por obtener honores o complacencias, sino por el ideal de considerarse copartícipes de la obra del Creador, por amor y agradecimiento al Autor de la Vida, y por alegría de ser portadores de la fe.
Que se anime a los peques a buscar el encuentro con su Padre Dios en todos los quehaceres humanos de su entorno. Es un reto muy gratificante y posible tanto para padres y maestros, podemos, si queremos!
Un abrazo,
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