martes, 19 de abril de 2011

"No es lo que se dice sino como se dice" Parte I

La palabra tiene poder, está en nuestras manos como emplearlas, si para edificar o para humillar, si para levantar o para destruir, si para alentar o desmotivar, si para alegrar o entristecer, si para rectificar o para enmudcer.

Nuestra manera de hablar en muchas ocasiones se ve afectada también por nuestro estado de ánimo, nuestros patrones familiares , sociales,  o culturales, por nuestra manera de ver la vida...Una cita biblíca muy práctica y la vez muy profunda dice:
"El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca." Lc 6, 45

Nunca es tarde para comenzar a llenar el corazón de sentimientos y patrones nobles, honestos y veraces, no nos dejemos contagiar del ambiente, al contrario que el ambiente se contagie de nosotros, tenemos que elevar el tono de nuestras conversaciones bien sea en la familia, en la oficina, en la calle, etc. Cuando tu corazón se llene de tantas cosas buenas terminarás hablando hasta por los poros de todas ellas. Esto podemos tomarlo como un reto o un ejercicio de voluntad ¿Por qué no lo intentamos?.

Luego de llenar día a día nuestro corazón y nuestra mente con nobles y puros sentimientos, sólidas virtudes humanas le podemos agregar un  toque  de buenos modales y buen humor y el consejo de un santo sacerdote que repetía: "siempre, comprender, disculpar, excusar, en pocas palabras amar" que eso se note hasta en el hablar. En otra oportunidad le dijo a uno: "Eso mismo que has dicho dilo en otro tono, sin ira, y ganará fuerza tu raciocinio, y, sobre todo, no ofenderás a Dios"


Les dejo esta historia de la sabiduria popular que nos invita a reflexionar sobre como debemos decir las cosas.



un abrazo y no olvides poner algún comentario aquí o en mi email: maperozo@castillalamancha.es

1 comentario:

  1. Por eso Dios nos creó con dos orejas y una boca. Para hablar poco y escuchar mas.

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