Hoy en día, solo hablamos de crisis, de lo mal que va el mundo, de las catástrofes naturales, de que no hay dinero. Hace poco, lo experimenté, de manera muy fuerte: en el cole, cuando dejo al niño, luego en el supermercado, en la calle caminando, cuando llego a casa con una vecina, en fin, no eran aún las 10 de la mañana y tenía ya un bombardeo de quejas en mi cabeza; ¡no hay trabajo!, otro mes en el paro! Que se le acaba el subsidio el próximo mes!, que las hipotecas suben de nuevo!, etc etc…. Es que no estuve ni siquiera hora y media en la calle y llegué a casa con tanta pesadumbres.
Mientras cocinaba, recordaba un refrán de mi tierra: “En tiempos de crisis, mientras los tontos lloran los listos salen a vender pañuelos” hay otro parecido que dice: “En tiempos de lluvia mientras los tontos se quejan los listos salen a vender paraguas”. El otro día, al comentar esto, -del malestar social que se percibe-, con una amiga, la cual, respeto y admiro mucho por su gran calidad humana y profesionalismo,- una ejemplar catedrática-, me dice al respecto, algo que no me esperaba oír: “mi padre que nunca pasó por la universidad, pero un hombre luchador, siempre me decía que el sufrimiento es bueno para el hombre, es duro y nos cuesta, pero es bueno, nos hace ser personas recias, fuertes, nos hace sacar lo mejor de dentro, mira el trigo, para que sea muy bueno, necesita de las heladas”. Después de un pequeño inciso, continua diciéndome, “Los frutos pequeños, y a la vista no muy atrayentes, resultan de mejor sabor, y es que han tenido que pasar por el estrés de la escases y de otras inclemencias naturales”. Estos sencillos pero sabios consejos de la vida ordinaria, me han hecho reflexionar, en que, es la hora de sacar a flote, ganas, ideas y optimismo para la lucha del día a día, esmerarnos en buscar o mejor dicho, en retomar nuestras raíces y valores basados en la búsqueda del “ser” y no el del “tener”, disfrutar más y mejor de la compañía de personas y no de cosas.
Recuerdo que una vez mientras cocinaba, escuchaba en la radio un cuento: “El país de los temblores”. (No lo recuerdo textual, pero allí va). Había una vez un lejano país que siempre tenía temblores, la gente caminaba despacio, usaban bastones para sujetarse, en las casas todas las cosas estaban pegadas o sujetas con cintas, en las ciudades era natural ver hilos colgantes para que no se deslizaran los objetos, y no vinieran al suelo, los negocios prosperaban mucho y se basaban en pegamentos, cintas, soldaduras, bastones….. pero un inesperado día, ocurrió lo que nadie nunca podía en su mente imaginar “La tierra dejó de temblar, la gente se comenzó a quejar de lo mal que lo estaban pasando, no sabían como caminar con los bastones en tierra firme, nada era igual que antes, la gente se sentía insegura, los grandes negocios de pegamento y cintas comenzaron a quebrar…. La catátrofe… Ha llegado la CRISIS!
Un abrazo y envíame tu comentario sobre el tema, podríamos tener un interesante y provechoso debate.
El optimismo vital nos ayuda a crecer como personas y fomenta el ingenio y la fantasía. Para desarrollarlo es aconsejable evitar estancarse, cultivar la creatividad y rejuvenecerse mentalmente.
ResponderEliminar"El miedo y el pesimismo nos inducen a mantener una visión recortada de la vida, a aislarnos y movernos sólo en los terrenos supuestamente seguros, a replegarnos en nosotros mismos, a repetir en vez de probar e innovar y, en definitiva, a adoptar la filosofía de “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
ResponderEliminarEn cambio, aquellas personas optimistas y que viven en positivo, disfrutando de lo que tienen en vez de lamentar lo que les falta, “viviendo el aquí y ahora, confiando en que las cosas marcharán bien y centrándose en las soluciones más que en los problemas, tienden a asumir riesgos razonables”
Pasamos toda nuestra vida buscando esa sensación placentera que nos ofrece la buena posición social, económica o espiritual. Lo hacemos adquiriendo conocimientos, dinero, casas lujosas, muchos hijos, automóviles, experiencia. Sin embargo, continuamos con la misma vida, sólo con efímeras y frágilessensaciones de buen ánimo.
ResponderEliminarPero, si hay un sentimiento de realización material y ESPIRITUAL, entonces la felicidad tiende a permanecer. Para realizarnos espiritualmente, es necesario tener a nuestro alcance dos elementos que le dan sustento: DIOS Y EL AMOR.
Cómo me gustaron estas palabras finales: "Para realizarnos espiritualmente, es necesario tener a nuestro alcance dos elementos que le dan sustento: DIOS Y EL AMOR".
ResponderEliminarTambién me gustaron las palabras, o mejor las frases, del inicio. ¡Que bueno!, a quien lo le ocurre lo mismo.
ResponderEliminarGracias por vuestras aportaciones, tenemos que contagiar a tod@s a nuestro alrededor...de Dios, amor, esto nos dará el fruto de la esperanza y el optimismo rejuevenecedor del que hablais.
ResponderEliminarHoy he entrado en este comentario de la crisis,a pesar de haberlo hecho hace cinco o mas meses pero me ha gustado y quiero dar mi opinion: cierto que la cosa esta mal, cuantos comentarios de cuantas maneras todos queremos dar soluciones, que son muchos los politicos, con sueldos muy grandes, que si recortan eso, y lo otro. que sube todo gasolina, luz, Gas, las cosas basicas y necesarias e.t.c... y recuerdo que alguien nos dijo; "hombres de poca Fé porque dudais" "No os tengo dicho que yó estare con vosotros hasta el fin de los tiempos..." y san Pablo no dice: ni el habre ni la denudez ni criatura alguna podra apartarnos del Amor de Dios....? Pensar cada uno como va nuestra relaciones con aquel que más nos ama. Arcen.
ResponderEliminarArcen llevas mucha razón, gracias por hacernos reflexionar tan sabiamente.
ResponderEliminarHermoso y reflexivo tu mensaje.
Hoy he entrado por casualidad a este blog y este post me ha pinchado por varias partes. De una forma muy sencilla escribes pero das mucho para pensar.
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