jueves, 3 de marzo de 2011

¡El primero de la fila!



Hoy mi niño tuvo su primera rabieta en el cole.   Por la mañana, al llegar,  en la fila, quiere ponerse de primero, quita a la niña que está delante (la cual se pone enseguida a llorar) y se pone el, muy satisfecho, no terminaba de sonreír plácidamente por su hazaña, cuando salimos las madres al encuentro.... pero bueno, ¿qué haces?,  yo tiro de su abrigo y lo retiro de la fila, mientras comienza a decirme entre lágrimas y pataleta:  ¡mamá yo quiero ser el primero!.
Tenía dos opciones ante la vista de todas las madres;  imponerme y decir,  “te callas, te quedas al final de la fila  y punto, y llora todo lo que quieras, ya se te pasará”, lo cual, como es de imaginar, aumentaría mas la frustración del niño,  o hacer, lo que al final hice,  seguir aplicando lo aprendido desde pequeño en la guardería, a retirarlo y ponerlo a pensar, decirle, tienes derecho a estar enfado aunque no la razón, hasta que no se te pase el enfado no seguiremos hablando. Allí se quedó, aislado, (pero no fuera de mi vista), a pocos metros de la fila, con las manos cruzadas, el ceño fruncido y un morro que para que contar.-
Me puse a hablar con unas madres sin prestarle atención ninguna y a los  cuatro  minutos volví a él y le  pregunté si ya se le había pasado, me dijo: “un poco”, me agaché para ponerme de su tamaño y le explique como funciona lo de la fila, incluso, me acordé de la publicidad de un banco, que decía: “ muchas  veces no es importante ser el primero sino el mejor”; el mejor amigo, el mejor compañero de clases, ect. No sé si al final  me explique bien, pero volvió a la  fila sin chistar. 
Algunas  madres, las que vieron lo que sucedió  se me acercaron luego,  para preguntarme como lograba que se quedara pensando.  Les conté que eso lo aprendí de la guardería  donde estuvo el niño.  Es un hábito que se aplica desde muy pequeño, cuando hace algo mal, lo llevamos a la silla a pensar, a reflexionar sobre lo ocurrido.
Hoy viví, lo que había leído muchas veces en los libros de ed. infantil, que la rabieta en los niños,  a esa edad aproximada, es un comportamiento normal- por no saber controlar aún sus emociones- lo que tenemos que hacer los padres, es controlarnos nosotros, y no ceder a la petición del niño.
Mientras esté con la rabieta es mejor dejarlo aislado-cambiarlo de ambiente- pero no perderlo de vista, no prestarle atención y ponerle a pensar en lo que ha hecho,  que se entere:  “Hasta que no te calmes no hablaremos”.  De verdad, que resulta buen remedio, dejar pasar unos pocos minutos, luego ponernos  a su tamaño y  preguntarle si ya se le ha pasado el enfado,  darle un corto pero conciso argumento,  para terminar con un enorme beso.
Ese mismo día, a la hora de retirarlos del cole, salía como de costumbre, muy contento; le pregunté si  quería decirle “ lo siento” a la niña y me dijo que sí, pero que no le daría un beso, vale, le dije,  y así fue…. Pero,  lo que el  no se esperaba, es que terminaría la niña dándole el beso a él.
Espero esta experiencia tu pueda valer,
Un abrazo,

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