una científica fuera de serie, me gustaría llegar a su edad y tener la misma entereza y alegría en todo lo que hago y sobre todo en defender y proyectar mis convicciones sin vacilar.
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ENTREVISTA A Mª LUISA LOPEZ FERNANDEZ
Agradezco que me haya proporcionado la oportunidad de esta entrevista. Me ha facilitado una reflexión profunda sobre lo vivido hasta ahora y sobre las claves que han regido y rigen mi vida, lo que me han conducido a volver a dar gracias a Dios por todo el amor de que siempre me ha colmado, y a dar también gracias a todas aquellas personas a través de las cuales me han venido muchas de esos dones del amor de Dios.
-1-¿Nos puede comentar algún dato biográfico suyo? Donde nació, número de hermanos, dónde estudió…
Nací en Madrid el 6 de agosto de 1940, a los 9 meses del matrimonio de mis padres, fruto de su primer amor. Inauguré el claustro materno.
Mis padres se casaron mayores, 36 años él, 35 años ella. Su relación produjo 6 concepciones, de las cuales resultaron 4 hijos vivos y dos abortos naturales. Todavía recuerdo con qué dolor hablaba mi madre de las criaturas que había perdido a medio camino –los abortos naturales-.
Pero mi historia comienza muchos años antes, cuando mi padre, de joven, se guardaba de todo tipo de excesos –bebida, promiscuidad, juergas- para legar a sus posibles y futuros hijos un cuerpo sano: de modo que fui amada mucho antes de ser concebida.
Estudié en Madrid, primero en el colegio de Cristo Rey y después en las Escolapias, y el último año en el Instituto de Enseñanza Media “Lope de Vega”. De ahí pasé a la Universidad de Madrid (entonces sólo había una, la Complutense) para estudiar la carrea de Farmacia. Por último, en la Universidad de Navarra, hice el doctorado en Farmacia. Me llena de sano orgullo el ser la primera tesis doctoral, la primera doctora en Farmacia, de la Universidad de Navarra. Profesora Agregada de Botánica de la Universidad Santiago de Compostela (1973) y Catedrática de Botánica de la Universidad del País Vasco (1981). Profesora Ordinaria de la Universidad de Navarra 1976-2010.
Mi currículum académico empezó en un diálogo familiar entre mis padres. Como yo era la mayor, cuando tenía 8-9 años, llegó el momento de orientar mis estudios, y mi padre dijo:”A las niñas –éramos las dos primeras, seguidas de los dos niños- les podemos dar una educación general -lo que entonces se acostumbraba a dar a las hijas, que no incluía estudios universitarios-”. Pero mi madre, que, nacida en 1905, tenía tres carreras superiores: carrera de Piano, carrera de Canto –con especialización en Italia- y carrera de Comercio (Económicas de entonces), y que era profesora de italiano en la Escuela de Comercio de Madrid, dijo que “a las niñas, si son capaces, les daremos los mismos estudios que a los niños”. ¡Ahí es nada! Con ese golpe de timón, empecé el bachillerato, y fui capaz, y seguí con la universidad. Mi padre pedía a Dios no abundancia de bienes económicos, sino sólo lo necesario para costear la educación y la formación de sus hijas e hijos. Entre los dos, papá y mamá, de cuatro hijos, sacaron: una doctora en Farmacia, catedrática de Universidad; una doctora en Geografía, catedrática de Enseñanza Media; un doble titulado en Derecho y Económicas, empresario; y un Médico de Familia.
A nivel personal, soy soltera, pero no solterona. Mi familia es la universidad y los muchos estudiantes que han aprendido la Botánica conmigo, a lo largo de los 46 años de mi dedicación universitaria: una gran familia. Aunque cada estudiante solía permanecer en mis clases sólo durante un año académico, cualquier actuación mía que le ayudara a rectificar su rumbo académico, o personal, en una edad en que normalmente no admiten ayuda de los padres, supone un gran logro, con enormes repercusiones sociales a la larga. He visto encenderse y brillar lucecitas en los ojos de tantos jóvenes, mejorar a tantos estudiantes en su interés por la ciencia, en su dedicación al trabajo, en su espíritu de servicio, …, que, a todos ellos, los considero un poco hijos míos –y lo son- . Para todos ellos soy un poco su madre. Nunca he añorado unos hijos propios.
-2- ¿Cuándo y por qué decidió dedicarse a la biología?.
Recuerdo que de los 7 a los 14 años pasé los veranos viviendo en una pequeña central eléctrica, a orillas de del río Lozoya, lugar en que vivíamos tan sólo 9 personas. La inmersión en la naturaleza era total: río, presa, cauce de agua para llevar el agua al alternador, y fresnos, prados, salgueras, chopos, huerta de hortaliza y frutales, peces (y pesca), crianza de pollos, crianza de conejos, perro. Yo le daba a todo, a las plantas y a los peces. Mi madre aprovechaba para darme las primeras lecciones de ecología: “Mira, hija, donde veas juncos como éstos, es que hay agua en el suelo, y tienes que tener cuidado”. En esos 7 veranos consecutivos aprendí mucho de la vida vegetal, de las judías y de los tomates, que había que recoger de la huerta, de los ciruelos y de los manzanos, de los árboles que crecen junto al agua y de los que encontraba en el secano.
A esa experiencia adquirida se sumó la suerte de tener, durante el bachillerato, una muy buena profesora de Ciencias Naturales. Cuando llegó el momento de elegir carrera, el afán de saber más de las plantas y de su diversidad, me inclinaron a elegir una en que se aprendiera bien la Botánica, cosa que, en 1958, ocurría en Farmacia. En la Facultad volví a encontrar un gran profesor, el catedrático Rivas Goday: aprender Botánica con él, con todo su estímulo y con toda su exigencia, fue un gozo. Al terminar, decidí seguir estudiando Botánica y entré como ayudante en su departamento, para preparar un doctorado. En aquel año visitamos España de norte a sur y de este a oeste: fue la primera vez que crucé el desfiladero de Despeñaperros. Aquello era aprender Botánica “a tope”. También ese año tuve que colaborar en las prácticas de laboratorio, y ahí descubrí lo bonito que era, y cómo me gustaba enseñar. Y allí, en el Laboratorio y en la Cátedra de Botánica de la Facultad de Farmacia de Madrid, comprendí que podía aunar el conocimiento de las plantas con la enseñanza, formándome como profesora universitaria de Botánica, bajo la dirección Rivas Goday. Al año siguiente, su hijo, el profesor Rivas-Martínez, aceptó ser mi director de tesis doctoral. Me doctoré en 1971, con un trabajo sobre “Vegetación y Flora de las sierras de Urbasa, Andía, Santiago de Lóquiz y El Perdón, Navarra”. Después vinieron la agregaduría y la cátedra.
Así, poco a poco, y cada vez con más intensidad a medida que aumentaba mi conocimiento del mundo vegetal, se fue afianzando en mi cabeza un interés creciente por el mundo vegetal, que no ha dejado de crecer desde entonces. Todavía hoy las plantas y sus interrogantes ejercen sobre mí un poderoso atractivo, que aumenta con los años. Jamás he sentido hastío, jamás ha decaído mi interés por el mundo vegetal: todavía hoy, a mis 72 años, las plantas, su diversidad, su ecología, su reconocimiento, su distribución, su reproducción, siguen provocando un volcán de pasión en mi interior.
-3-Usted ha estado mucho tiempo dedicada a la investigación y a la docencia, ¿tiene alguna reflexión que aglutine todo este tiempo?
Cuando uno hace investigación, en la docencia transmite un conocimiento vivo –no enlatado-, que despierta el interés de los estudiantes. Éstos responden con entusiasmo y con preguntas, lo que a su vez estimula al profesor a seguir aprendiendo e investigando. Investigación y docencia se potencian recíprocamente.
-4- ¿qué parte de su trabajo le gusta más, el laboratorio o la búsqueda de material?.
Para trabajar en el laboratorio es necesario recoger material: un biólogo se caracteriza por realizar buenos muestreos. Pero los conocimientos adquiridos al estudiar el material en laboratorio, con ayuda de la bibliografía, te permiten volver al lugar del muestreo y verlo con nuevos ojos, con mayor penetración, con lo que puedes realizar nuevos muestreos más selectivos y afinados. El laboratorio y el campo ejercen se influencian recíprocamente.
-5- ¿Qué le resulta más complicado a la hora de escribir un libro, la recopilación del material o la redacción de los contenidos?
Ambos aspectos del trabajo tienen sus propias complicaciones, a las que hay que hacer frente con entusiasmo y autocrítica. Al mismo tiempo, tanto la recopilación del material, como la redacción de los contenidos producen sus propias satisfacciones
-6- ¿Hay algún criterio para decantarse por una especie u otra a la hora de investigar?
Elegir el tema de trabajo depende de muchos factores: personales, ambientales, sociales. Además del gusto personal hay que tener en cuenta a los miembros del equipo, a los medios con que se cuenta, a la utilidad social del conocimiento que va a adquirirse, a la asignación de medios económicos para el estudio de determinados temas, …, etc.
-7- ¿Ha tenido relación con empresas o laboratorios para investigar de otros países?. ¿qué es lo más frecuentemente solicitado?
En Valle Grande, Perú, participé en un estudio para aumentar la producción y comercialización de plantas medicinales. En Kazajstán hicimos algunos estudios bioclimáticos y publicamos mapas y trabajos, en algunos de cuales contamos con la colaboración de científicos kazajos. Estaban muy interesados en saber la causa de la variabilidad interanual de las cosechas de cereales y otros cultivos. De nuestros estudios se deducía que aquel país, por sus condiciones bioclimáticas, se prestaba mucho mejor a la explotación de pastos para el ganado ovino, que a la agricultura.
-8-¿Cree que en el sistema educativo actual se favorece la curiosidad sobre la botánica?, ¿cómo se podría generar?
No sé si el sistema educativo actual favorece o fomenta la curiosidad sobre algo que no sea la comodidad, el igualar por abajo, el hedonismo, la falta de esfuerzo, la exigencia de bienes de consumo,…. Pero en manos de los padres y de los educadores está el provocar, desde la más tierna infancia, la admiración por la naturaleza, por la lectura, por las artes, por los idiomas, por los sistemas de pensamiento, así como despertar el afán de saber, de aprender, y de realizar el esfuerzo necesario para conseguirlo.
Un medio educativo de primer orden son las excursiones. No me encuentro con ningún antiguo alumno que no me recuerde lo que aprendían en las excursiones: “¡Ay!, no me había imaginado que existiesen tantos tipos diferentes de musgos, …”, “Una cosa es ver las diapositivas en clase, y otra muy distintas verlas vivas en el campo, integradas en el paisaje, …”, “Cuando de verdad aprendí fue en las excursiones, viendo la Botánica en la realidad, …” , son algunas de las expresiones que oigo habitualmente en mis contactos con exalumnos. La compañía y el ambiente distendido de la excursión, el esfuerzo físico de trasladarse por montañas y valles, el paisaje, el frío o el calor, la sed, el sudor, la comida en el prado o en el bosque, todo ello es la preparación ideal para admirar la diversidad vegetal, sorprenderse ante formas, colores y hábitats, y provocar el afán de saber.
A cursar estudios de Botánica no vienen muchos, ya que no hay un atractivo económico fulgurante, pero existe la ventaja de que, los que vienen, son vocacionales.
-9- ¿Volvería a estudiar y trabajar en lo mismo o elegiría otra profesión?
Volvería a hacer lo mismo que he hecho. La investigación y la docencia universitaria han llenado mi vida. Doy gracias a Dios por haber acertado en mi dedicación profesional y personal.
-10- Revisando algún estudio suyo descubrí la “Oxalis latifolia”, que tanto incordia en mi jardín. ¿Qué le animó a estudiar su expansión y cómo se puede erradicar sin dañar o envenenar las plantas que la rodean?
Oxalis latifolia es una mala yerba de origen tropical que, en el País Vasco, recibe el nombre de Barrabasa. Con ese nombre, poco bueno se puede esperar de ella.
En el equipo de investigación queríamos estudiar con finura la biología fina de alguna mala hierba. El doctorando que iba a realizar el estudio indagó en su tierra, Guipúzcoa, alguna mala hierba que fuera especialmente odiosa para los agricultores. Invariablemente, éstos le respondían que la Barrabasa. Así que decidimos estudiarla.
Resultó que la Barrabasa es una especie con gran eficacia biológica: tiene alta productividad de biomasa, que se acumula en forma de bulbos y bulbillos, cada uno de los cuales actúa como diáspora, para mantenerse en el lugar y para conquistar nuevas áreas. Las propias labores agrícolas provocan la dispersión de los bulbillos, lo que produce nuevos focos de infestación. En la tesis del doctor Royo se exponen los métodos de lucha, que son complicados pues combinan varias estrategias de lucha contra las malas hierbas, como el volteo del suelo para enterrar los bulbillos a profundidad, el uso de algunos pocos herbicidas, la defoliación manual, incluso la rotación de cultivos, o el barbecho, costosas todas ellas, y encaminadas a producir el debilitamiento de los bulbos infestantes hasta agotar sus reservas, para evitar que vuelvan a producir hojas aéreas. La erradicación es posible, pero exige un cuidadoso calendario de actuaciones variadas.
-11- ¿Cuál es el mensaje más claro que nos da la naturaleza?
El poder y la sabiduría de Dios nos hablan por sí solos a través de la naturaleza. Pero es necesario entender su lenguaje. ¡Qué tarea tan apasionante!
La naturaleza es nuestro “hogar”. De Dios hemos recibido el mandato de “Dominad la Tierra”: pero dominar no significa destruir. La naturaleza es un don de Dios, que hemos de conocer, cuidar y poner a nuestro servicio, pero sin aniquilarla.
-12- ¿Hay muchas especies en vías de extinción en Navarra?, Por qué y cómo se puede evitar?.
Muy pocas, si es que hay alguna.
Por otra parte, la naturaleza que observamos es el resultado de un delicado equilibrio entre las condiciones ambientales, las exigencias ecológicas de las especies, y su capacidad y posibilidades de reproducción y dispersión. Como las condiciones ambientales –incluida en ellas la actividad humana- son cambiantes, en un determinado territorio unas especies se van y otras vienen: es un dinamismo continuo e inevitable, por mucho que luchemos. Pero tampoco hay que preocuparse demasiado, porque el fenómeno es reversible. Si las condiciones ambientales revierten a lo que eran en algún periodo anterior, las especies adaptadas a ese ambiente volverán por sí mismas. Por ejemplo, si el ambiente se hace más seco, algunas especies exigentes en humedad podrían ser eliminadas, pero otras nuevas, resistentes a la sequía, aparecerían. De modo que la riqueza florística del territorio se mantendría más o menos constante.
Por otra parte, Navarra es muy extensa y tiene bien conservado su patrimonio de biodiversidad. No hay que temer una pérdida de diversidad vegetal en Navarra.
-13- ¿Le puedo preguntar por su día a día actual?
¿Por qué no? En la actualidad, y como siempre anteriormente, mi vida se reparte en tres actividades:
1. Relación filial con Dios, de la máxima importancia
2. Ocupación profesional
3. El descanso y el trato con mis familiares y amigos
El trato filial con Dios me lleva a tratar a Dios como Padre, a confiar en Él y a dedicar tiempo a tratarle diariamente, así como a la formación continuada, doctrinal y religiosa, necesaria para mantener a punto a punto mi vida espiritual.
La ocupación profesional incluye trabajo de investigación, ahora por mi cuenta y riesgo, docencia práctica en excursiones, y la apertura y mantenimiento de mi casa –que procuro que sea un hogar luminoso y alegre- a estudiantes extranjeras de postgrado-
Tratar a mis hermanos y a sus familias, así como a las amistades de Pamplona, de España y de los 31 países cuatro continentes que he visitado en mis actividades universitarias y sociales, supone para mí un grato descanso.
-14-¿Qué echa de menos de su vida profesional?
Nada. Al jubilarme sólo han cambiado el lugar de mi trabajo y los jefes intermedios, porque mi Jefe superior sigue siendo DIOS, mi jefe inmediato sigo siendo yo misma (siempre a las órdenes del Jefe superior) y mis ocupaciones siguen siendo investigación y docencia.
Ahora me dedico a la fotografía artística de la rica flora y del paisaje navarros, especialmente en el tema de los carbonatos –los roquedos calcáreos-.
En cuanto a la docencia, la ejerzo con cualquiera que quiera acudir a mis excursiones semanales, especialmente con niños de 8-9 años acompañados de sus padres. Me impresionan su capacidad de admiración, sus atinadas preguntas, su afán de aprender, su capacidad de retención: en las excursiones cada uno recibe a medida de su capacidad. Me ilusiona pensar en la formación que puedo impartir a esas familias, niños y padres incluidos, mientras los hijos realizan, jugando, un ejercicio físico al aire libre. Ellos me contagian su interés, su alegría, su dinamismo, su amistad, … .
-15-¿Qué no haría ahora profesionalmente o haría de otra manera?
He puesto siempre todo mi corazón y todas mis fuerzas en mi tarea profesional. He corregido el rumbo cuando lo he visto necesario. No tengo nada de qué arrepentirme, y sí, tengo que dar muchas gracias a Dios por las fuerzas y por las ayudas recibidas de sus manos durante los años de mi dedicación universitaria, para realizar las tareas pertinentes siempre con la ilusión del primer día.
-16- He leído un artículo que me sorprendió enormemente sobre usted, y es que utiliza el patinete como medio de desplazamiento, ¿no teme a la fractura de cadera?.
¿Por qué iba a fracturarme la cadera, si la patineta –que no el patín o el patinete- tiene tres ruedas en triángulo, lo que le da una estabilidad muy valiosa? No así la bici, que es un vehículo, también de tracción “animal”, pero absoluta- y peligrosamente inestable.
La patineta te permite callejear por Pamplona, acercarte a todas partes, hasta hacer la compra, con cierta rapidez, y aprovechar esos desplazamientos necesarios para hacer ejercicio físico, en vez de ir en coche o en autobús.
Moverte en patineta recuerda la sensación del esquí de fondo, sin necesidad de nieve; o del esquí acuático, sin necesidad de agua ni de remolque; o de los simples patines, sin necesidad de calzar botas de ruedas. Yo salgo desde el portal de mi casa, disfrutando del patinaje, haciendo ejercicio físico y con el problema de transporte diario resuelto. Y baratísimo: por 79 euros vengo patinando desde la Navidad de 2010, sin otros gastos de mantenimiento ni de combustible. Además es una actividad “muy ecológica”, porque no contamina el medio ambiente y te permite disfrutar del aire fresco de Pamplona.
-17- Me han contado que ha sido usted pionera en muchos aspectos de su vida, ¿usted tiene esa impresión? Y qué es lo más intrépido que ha llegado a hacer? (y que se pueda contar).
Esta es una pregunta “muy íntima”, que exige una respuesta también muy íntima. Pero se la voy a dar.
Una cosa es ser pionera y otra ser intrépida, aunque sí que es verdad, que el pionero necesita un buen grado de intrepidez.
He de confesar que sí tengo la impresión de ser intrépida, aunque no le doy demasiada importancia. Es el resultado de mi manera de enfrentarme a los problemas.
Uno de mis criterios de actuación ha sido siempre, y lo es en la actualidad, observar fríamente los problemas de la vida, analizar qué medios para resolverlos ofrece la sociedad actual vertiginosamente cambiante e innovadora, y decidir el mejor camino para resolver cada problema concreto, sin quedar atrapada en soluciones tradicionales, tantas veces anquilosadas y repetitivas. En resumen, se trata de resolver los problemas utilizando aquello que tengas a mano. El resultado de esa manera de pensar es que resultas pionera a los ojos de los demás, sin proponértelo, a pesar tuyo. Pero es algo que hemos hecho en casa –padres y hermanos- de ordinario.
Así, cuando en el colegio varias veces me limpié los mocos con una hoja de papel arrancada de un cuaderno, porque me había olvidado del pañuelo de tela, las profesoras y las compañeras hacían comentarios poco favorables a mi persona. A mí no me importaban para nada, porque había solucionado de la mejor manera posible, un problema perentorio, que era limpiarme los mocos. Hoy, nadie se acuerda ya de los pañuelos de tela, los más jóvenes ni los han conocido: es la primera vez que recuerdo de haberme adelantado a los tiempos.
Otro ejemplo es ya de mis tiempos de estudiante universitaria en Madrid. Corría el año 1959. El tráfico rodado en la ciudad era infinitamente menos problemático que en la actualidad. Para ir desde mi casa a la Facultad de Farmacia necesitaba metro y autobús: a mí me parecía que tardaba una eternidad. Moto no quería, para bici estaba lejos. Pero oí hablar de unas bicis con motor, las “velosoles”, que tenían unidas las ventajas de las bicis y de las motos, sin los peligros de éstas últimas. Y me compré una velosoles, con la que llegaba tan flamante, y en un periquete, a la Facultad. Mi vehículo debió de causar admiración entre mis compañeros, que decidieron hacerme un “homenaje” para ridiculizarme, al tiempo que me exigían la “quema del herbario”: a la salida de clase de Botánica me encontré la velosoles en plena explanada de acceso a la Facultad, ornada y cubierta con ramas de cedro, cortadas de los árboles próximos al edificio, y con algunas plantas herbáceas y a mis compañeros de clase rodeando el vehículo y esperando mi reacción. Yo, que salía de clase de Botánica, cargada con el herbario, me encontré con aquel espectáculo de mofa y me quedé, de momento, un poco paralizada. Pero reaccioné, salí decididamente del edificio, agradecí con voz potente el “homenaje a la velosoles” y les dije que el herbario de ninguna manera iba a quemarlo, porque era mi instrumento de trabajo. Me adelanté hacia el vehículo, le liberé de los ramajes, até el herbario al soporte posterior, me despedí de mis compañeras/os y arranqué la máquina. Les chocaba ver una mujer estudiante, motorizada en aquellos años cincuenta. Otra vez me adelantaba a los tiempos. Se manifestaba nuevamente mi condición de pionera.
En 1956-57 estudié inglés en el Reino Unido, cuando todavía casi no se podía salir de España, he visitado varios países del Este de Europa en los años setenta-ochenta, mucho antes de caer el telón de acero, he estudiado polaco en los años 70, y ruso a partir de 1991, he participado como única representante española en un Congreso de Biología celebrado en Australia, soy la primera doctora en Farmacia por la Universidad de Navarra, he utilizado mis propias diapositivas en clase desde 1971, me compré un FAX cuando todavía ni en las instituciones universitarias habían comenzado a usarlo, propicié la compra de un ordenador en mi departamento universitario cuando su uso parecía una locura, he viajado por toda Europa viviendo y durmiendo en vehículos algo adaptados al efecto, …
Últimamente han causado sensación mis movimientos en la patineta. Hacia mayo-junio de 2011 me han hecho reportajes periodísticos y he aparecido en 5 canales de televisión de difusión regional o nacional. Por la calle la gente se para, se vuelve al verme pasar, mira, hace comentarios variopintos, sorprendiéndose de ver a una mujer de 72 años moviéndose ágilmente entre los peatones por las aceras, o entre vehículos a motor por la calzada. Yo, si no llevo prisa, les ofrezco, a niños, jóvenes y adultos, probar la patineta: y muchos lo hacen. Piensan que la he comprado en un país extranjero, pero no, la encontré en el Corte Inglés.
Algo de lo más intrépido que he llegado a hacer es atravesar Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Polonia, Bielorrusia, para llegar a Moscú, en una Nissan-Vanette, acompañada de una amiga moscovita. Fue en 1993 y en Rusia no vendían gasóleo al público. Pregúntese Ud. cómo llegamos a Moscú: milagros de la vida en la ex Unión Soviética.
Otro episodio de gran intrepidez fue, desde Moscú, viajar a los Países Bálticos, para acompañar al Papa durante la visita pastoral que realizó a esos países en el verano de 1993. No sabía ni el calendario ni el itinerario de la visita, no conocía ni los países, ni sus lenguas, ni sus monedas. Durante 5 días pude participar en la Santa Misa celebrada por el Beato Juan Pablo ll en otras tantas ciudades: fue una aventura grandiosa.
Resumiendo, he procurado seguir un consejo que mi padre había aprendido de algún autor clásico: “Sé audaz. Sé más audaz. No seas demasiado audaz”. Cuando alguna vez me he pasado de audacia, Dios ha extendido su mano protectora, y no ha sucedido nada malo.
-18-Le parece que las personas mayores están desapro-vechadas en la sociedad, y si es así, ¿cómo cree que se puede poner en valor esa fuente de experiencia y conocimientos de todo tipo que atesoran?
Me parece que muchísimas personas mayores realizan un gran servicio social “haciendo familia”, cuando, en su función de abuelos, o de tíos-abuelos suplen a sus hijos, ausentes por exigencias de horarios laborales. En esa función supletoria son transmisores de experiencia, de cultura, de conocimientos, de cariño, de espiritualidad. Su influencia sobre los nietos es imborrable.
Otras muchas personas mayores llenan sus días con actividades de voluntariado, de gratuidad, de donación. Me parece que, a pocas fuerzas que se tengan, los mayores se buscan actividades de servicio a su medida, que llenen su tiempo libre. Pero también hay que comprender que, a partir de un cierto momento, las fuerzas empiezan a fallar y ya el único servicio que se pueda ofrecer es hacerse cargo de uno mismo, hasta que el decaimiento es tan fuerte, que la persona se hace dependiente.
-19- ¿Cual es la especie vegetal que usted considera que más ayuda a la humanidad?
Todas las especies vegetales, a su modo, ayudan a la humanidad: ya sean comestibles, medicinales, ornamentales o madereras.
Las especies que el hombre ha seleccionado como comestibles, y que se cultivan a gran escala, me parecen auténticas joyas: han permitido el aumento de la población a nivel mundial y aseguran su alimentación. Son por ejemplo, especies de la familia vegetal Poáceas, como: el arroz en Asia, el maíz en la América tropical, el trigo y el centeno en Europa. En esos tres continentes, la humanidad ha crecido y producido frutos de civilización. Ni en África, ni en Australia, seleccionó el hombre autóctono ninguna Poácea que le sirviera de base alimenticia: quizá por eso, ni el número de sus pobladores, ni sus construcciones culturales han alcanzado el impacto producido por el hombre en Asia, o América, o Europa.
Pensemos también en el capítulo de frutas: de países tropicales, y templados, y mediterráneos, y boreales; o en los capítulos de las verduras, de las legumbres, de los tubérculos, rizomas y raíces, de los condimentos. En cuanto a frutas: la piña tropical, el aguacate, el mango, o el plátano; la cereza, la ciruela, la fresa, el kiwi, la pera, o la manzana; la naranja, la mandarina, la aceituna y el aceite, o la almendra; la frambuesa, el arándano, y otras frutas del bosque. En cuanto a verduras: la alcachofa, el espárrago, la coliflor, el brócoli, el repollo, berenjena, calabacín, pepino, puerro, el pimiento, lechuga, escarola, tomate. Entre las legumbres, la soja, el cacahuete, la judía, el haba, el guisante, el garbanzo, y la lenteja. Entre los alimentos que hay que sacar de debajo de la tierra: la patata, los boniatos (o batatas), la mandioca (o yuca), el camote, el ñame, el taro, la remolacha, la chufa, la zanahoria, los rabanitos, la pataca. Entre los condimentos: jengibre, cúrcuma, ajo, cebolla, pimentón, apio, perejil, eneldo, orégano, tomillo, cominos, salvia, anís, guindilla, … .
Después de esta enumeración, se me hace la boca agua. Lo dicho: cada una de esas especies vegetales es una joya para la humanidad: producida por la evolución vegetal, seleccionada después por el hombre para subvenir a sus necesidades.
De todos es conocida la importancia de las especies medicinales: baste decir que muchos de los medicamentos usados actualmente son derivados de plantas, o copias químicas de sus productos activos, o moléculas químicas inventadas a partir de las producidas por los vegetales.
Respecto a las especies ornamentales, el hombre ha conseguido que LAS PLANTAS HABLEN. Fíjese, si no, en el slogan: “Dígaselo con flores”.
En cuanto a las especies madereras, hay que pensar en los edificios de madera de los países fríos, y en el papel de la madera para la construcción antes de que se generalizara el uso del cemento y del hormigón armado. La madera se usa también para fabricar papel, de enorme importancia antes de la era digital.
-19 B. ¿Conoce alguna especie vegetal que ayude a prevenir el envejecimiento del organismo humano, o que al menos esté en estudio?
De mi contacto con la Naturaleza he aprendido que todos los seres vivos corporales empiezan su singladura en forma de zigoto –huevo- y pasan por diversas fases –embrionaria, juvenil, adulta, provecta- para acabar muriendo. No conozco ninguna planta que prevenga el envejecimiento del organismo humano. Sería una panacea. Pero sí que conozco un medio infalible para evitar el envejecimiento del organismo espiritual, que también es parte del hombre, y ese remedio es el amor a Dios y a los demás por Dios. Siempre podemos crecer en nuestra capacidad de amar y de servir a los demás, no sólo desde el punto de vista humano –que es mucho- sino también desde el punto de vista sobrenatural, ya que por el bautismo hemos recibido al Espíritu Santo – el AMOR en PERSONA- que potencia infinitamente nuestra pobre capacidad humana de amar. Esa es una tarea apasionante, capaz de mantener la juventud de espíritu, cualquiera que sea la decrepitud del cuerpo.
-20- ¿Qué consejo le ha ayudado más en su vida, y cuál es aquel que suele dar con más frecuencia?
Uno que me dio mi padre cuando, justo antes de mis primeros exámenes siendo niña, y después de haberlos preparado a fondo, me veía atemorizada ante la perspectiva de no saber la asignatura: “No te preocupes. Has trabajado a fondo. Ni tú, ni nosotros, ni Dios mismo, te pueden exigir más. Vete tranquila, independientemente de cuál sea el resultado del examen”. Con ese consejo mi padre consiguió, no sólo que dominara mi miedo natural ante los exámenes, sino que aprendiera, para el resto de mi vida, una actitud fundamental: está en nuestras manos poner los medios necesarios para conseguir un objetivo, pero el resultado del trabajo realizado está en manos de Dios. Desde entonces, esta reflexión me ha ayudado mucho: siempre me ha dado seguridad.
¿Consejo que suelo dar? Procuro hacer comprender, de modo adecuado al interlocutor, el valor del esfuerzo y del trabajo, que siempre producen frutos sabrosos, entre ellos la alegría y la paz interior.
-21- ¿qué percepción tiene del paso del tiempo? ¿Le da miedo el final de la vida?
En el tiempo no hay diferencia entre los hombres, no hay ricos y pobres en cuanto al tiempo: los días tienen 24 horas para todos. El tiempo pasa, sin que podamos retenerlo, como se escapa el agua de las manos. Lo que hay que hacer es aprovechar el tiempo, llenando de trabajo y de servicio, por amor a Dios y a los hombres por Dios, ese capital de 24 horas diarias que todos tenemos. No conozco manera mejor de llenar de sentido la vida. Si te esfuerzas en vivir así, el paso del tiempo te llena de alegría.
De mi padre aprendí que la muerte es un acto más de la vida. Hay que contar con ella, lo que nos espoleará a aprovechar el tiempo, el momento actual, lo que tenemos entre manos: realizar bien esta tarea que tengo que hacer ahora.
Y rezar. Ante los atardeceres de Castilla, cuantas veces he oído exclamar a mi padre, con palabras que eran una oración: “¡Que el ocaso de mi vida tenga la augusta serenidad de este atardecer!” … Y en su caso, así fue.
… Y, al final, sí, por la misericordia de Dios, Le veremos tal cual es. ¡¡Qué súper-emoción!! Cómo en las películas, que lo mejor viene a final,…, que es ¡¡el principio de … la eternidad c o n D i o s !!
-22- Esta revista está dirigida a profesionales en contacto con persona mayores o con interés en ésta etapa de la vida, ¿qué le parecería conveniente añadir?
Ya lo he dado todo. Pero voy a repetir un consejo válido para uno mismo y para los demás, incluso si son mayores: “Aunque sea poco a poco, buscar la manera de, y conseguir poner ilusión, en la pequeña tarea –aunque sea pequeñísima- que tenemos entre manos, para llenar de contenido el minuto actual, y así, la vida que tenemos por delante, hasta que Dios quiera.
FINAL
Al terminar la exposición de estos aspectos de mi vida, sobre los que me ha preguntado, quiero manifestar que, al considerar a vista de pájaro los grandes hitos de mi vida, me colmo de alegre agradecimiento a Dios por todos los dones recibidos. Hago también extensivo mi agradecimiento a todas aquellas personas que han actuado como instrumentos: de las que se ha servido a lo largo de estos años para hacerme llegar sus dones, al tiempo que ruego a Dios me conceda llenar de amor y de obras de servicio el tiempo que tenga a bien concederme de ahora en adelante.
Agradezco que me haya proporcionado la oportunidad de esta entrevista. Me ha facilitado una reflexión profunda sobre lo vivido hasta ahora y sobre las claves que han regido y rigen mi vida, lo que me han conducido a volver a dar gracias a Dios por todo el amor de que siempre me ha colmado, y a dar también gracias a todas aquellas personas a través de las cuales me han venido muchas de esos dones del amor de Dios.
-1-¿Nos puede comentar algún dato biográfico suyo? Donde nació, número de hermanos, dónde estudió…
Nací en Madrid el 6 de agosto de 1940, a los 9 meses del matrimonio de mis padres, fruto de su primer amor. Inauguré el claustro materno.
Mis padres se casaron mayores, 36 años él, 35 años ella. Su relación produjo 6 concepciones, de las cuales resultaron 4 hijos vivos y dos abortos naturales. Todavía recuerdo con qué dolor hablaba mi madre de las criaturas que había perdido a medio camino –los abortos naturales-.
Pero mi historia comienza muchos años antes, cuando mi padre, de joven, se guardaba de todo tipo de excesos –bebida, promiscuidad, juergas- para legar a sus posibles y futuros hijos un cuerpo sano: de modo que fui amada mucho antes de ser concebida.
Estudié en Madrid, primero en el colegio de Cristo Rey y después en las Escolapias, y el último año en el Instituto de Enseñanza Media “Lope de Vega”. De ahí pasé a la Universidad de Madrid (entonces sólo había una, la Complutense) para estudiar la carrea de Farmacia. Por último, en la Universidad de Navarra, hice el doctorado en Farmacia. Me llena de sano orgullo el ser la primera tesis doctoral, la primera doctora en Farmacia, de la Universidad de Navarra. Profesora Agregada de Botánica de la Universidad Santiago de Compostela (1973) y Catedrática de Botánica de la Universidad del País Vasco (1981). Profesora Ordinaria de la Universidad de Navarra 1976-2010.
Mi currículum académico empezó en un diálogo familiar entre mis padres. Como yo era la mayor, cuando tenía 8-9 años, llegó el momento de orientar mis estudios, y mi padre dijo:”A las niñas –éramos las dos primeras, seguidas de los dos niños- les podemos dar una educación general -lo que entonces se acostumbraba a dar a las hijas, que no incluía estudios universitarios-”. Pero mi madre, que, nacida en 1905, tenía tres carreras superiores: carrera de Piano, carrera de Canto –con especialización en Italia- y carrera de Comercio (Económicas de entonces), y que era profesora de italiano en la Escuela de Comercio de Madrid, dijo que “a las niñas, si son capaces, les daremos los mismos estudios que a los niños”. ¡Ahí es nada! Con ese golpe de timón, empecé el bachillerato, y fui capaz, y seguí con la universidad. Mi padre pedía a Dios no abundancia de bienes económicos, sino sólo lo necesario para costear la educación y la formación de sus hijas e hijos. Entre los dos, papá y mamá, de cuatro hijos, sacaron: una doctora en Farmacia, catedrática de Universidad; una doctora en Geografía, catedrática de Enseñanza Media; un doble titulado en Derecho y Económicas, empresario; y un Médico de Familia.
A nivel personal, soy soltera, pero no solterona. Mi familia es la universidad y los muchos estudiantes que han aprendido la Botánica conmigo, a lo largo de los 46 años de mi dedicación universitaria: una gran familia. Aunque cada estudiante solía permanecer en mis clases sólo durante un año académico, cualquier actuación mía que le ayudara a rectificar su rumbo académico, o personal, en una edad en que normalmente no admiten ayuda de los padres, supone un gran logro, con enormes repercusiones sociales a la larga. He visto encenderse y brillar lucecitas en los ojos de tantos jóvenes, mejorar a tantos estudiantes en su interés por la ciencia, en su dedicación al trabajo, en su espíritu de servicio, …, que, a todos ellos, los considero un poco hijos míos –y lo son- . Para todos ellos soy un poco su madre. Nunca he añorado unos hijos propios.
-2- ¿Cuándo y por qué decidió dedicarse a la biología?.
Recuerdo que de los 7 a los 14 años pasé los veranos viviendo en una pequeña central eléctrica, a orillas de del río Lozoya, lugar en que vivíamos tan sólo 9 personas. La inmersión en la naturaleza era total: río, presa, cauce de agua para llevar el agua al alternador, y fresnos, prados, salgueras, chopos, huerta de hortaliza y frutales, peces (y pesca), crianza de pollos, crianza de conejos, perro. Yo le daba a todo, a las plantas y a los peces. Mi madre aprovechaba para darme las primeras lecciones de ecología: “Mira, hija, donde veas juncos como éstos, es que hay agua en el suelo, y tienes que tener cuidado”. En esos 7 veranos consecutivos aprendí mucho de la vida vegetal, de las judías y de los tomates, que había que recoger de la huerta, de los ciruelos y de los manzanos, de los árboles que crecen junto al agua y de los que encontraba en el secano.
A esa experiencia adquirida se sumó la suerte de tener, durante el bachillerato, una muy buena profesora de Ciencias Naturales. Cuando llegó el momento de elegir carrera, el afán de saber más de las plantas y de su diversidad, me inclinaron a elegir una en que se aprendiera bien la Botánica, cosa que, en 1958, ocurría en Farmacia. En la Facultad volví a encontrar un gran profesor, el catedrático Rivas Goday: aprender Botánica con él, con todo su estímulo y con toda su exigencia, fue un gozo. Al terminar, decidí seguir estudiando Botánica y entré como ayudante en su departamento, para preparar un doctorado. En aquel año visitamos España de norte a sur y de este a oeste: fue la primera vez que crucé el desfiladero de Despeñaperros. Aquello era aprender Botánica “a tope”. También ese año tuve que colaborar en las prácticas de laboratorio, y ahí descubrí lo bonito que era, y cómo me gustaba enseñar. Y allí, en el Laboratorio y en la Cátedra de Botánica de la Facultad de Farmacia de Madrid, comprendí que podía aunar el conocimiento de las plantas con la enseñanza, formándome como profesora universitaria de Botánica, bajo la dirección Rivas Goday. Al año siguiente, su hijo, el profesor Rivas-Martínez, aceptó ser mi director de tesis doctoral. Me doctoré en 1971, con un trabajo sobre “Vegetación y Flora de las sierras de Urbasa, Andía, Santiago de Lóquiz y El Perdón, Navarra”. Después vinieron la agregaduría y la cátedra.
Así, poco a poco, y cada vez con más intensidad a medida que aumentaba mi conocimiento del mundo vegetal, se fue afianzando en mi cabeza un interés creciente por el mundo vegetal, que no ha dejado de crecer desde entonces. Todavía hoy las plantas y sus interrogantes ejercen sobre mí un poderoso atractivo, que aumenta con los años. Jamás he sentido hastío, jamás ha decaído mi interés por el mundo vegetal: todavía hoy, a mis 72 años, las plantas, su diversidad, su ecología, su reconocimiento, su distribución, su reproducción, siguen provocando un volcán de pasión en mi interior.
-3-Usted ha estado mucho tiempo dedicada a la investigación y a la docencia, ¿tiene alguna reflexión que aglutine todo este tiempo?
Cuando uno hace investigación, en la docencia transmite un conocimiento vivo –no enlatado-, que despierta el interés de los estudiantes. Éstos responden con entusiasmo y con preguntas, lo que a su vez estimula al profesor a seguir aprendiendo e investigando. Investigación y docencia se potencian recíprocamente.
-4- ¿qué parte de su trabajo le gusta más, el laboratorio o la búsqueda de material?.
Para trabajar en el laboratorio es necesario recoger material: un biólogo se caracteriza por realizar buenos muestreos. Pero los conocimientos adquiridos al estudiar el material en laboratorio, con ayuda de la bibliografía, te permiten volver al lugar del muestreo y verlo con nuevos ojos, con mayor penetración, con lo que puedes realizar nuevos muestreos más selectivos y afinados. El laboratorio y el campo ejercen se influencian recíprocamente.
-5- ¿Qué le resulta más complicado a la hora de escribir un libro, la recopilación del material o la redacción de los contenidos?
Ambos aspectos del trabajo tienen sus propias complicaciones, a las que hay que hacer frente con entusiasmo y autocrítica. Al mismo tiempo, tanto la recopilación del material, como la redacción de los contenidos producen sus propias satisfacciones
-6- ¿Hay algún criterio para decantarse por una especie u otra a la hora de investigar?
Elegir el tema de trabajo depende de muchos factores: personales, ambientales, sociales. Además del gusto personal hay que tener en cuenta a los miembros del equipo, a los medios con que se cuenta, a la utilidad social del conocimiento que va a adquirirse, a la asignación de medios económicos para el estudio de determinados temas, …, etc.
-7- ¿Ha tenido relación con empresas o laboratorios para investigar de otros países?. ¿qué es lo más frecuentemente solicitado?
En Valle Grande, Perú, participé en un estudio para aumentar la producción y comercialización de plantas medicinales. En Kazajstán hicimos algunos estudios bioclimáticos y publicamos mapas y trabajos, en algunos de cuales contamos con la colaboración de científicos kazajos. Estaban muy interesados en saber la causa de la variabilidad interanual de las cosechas de cereales y otros cultivos. De nuestros estudios se deducía que aquel país, por sus condiciones bioclimáticas, se prestaba mucho mejor a la explotación de pastos para el ganado ovino, que a la agricultura.
-8-¿Cree que en el sistema educativo actual se favorece la curiosidad sobre la botánica?, ¿cómo se podría generar?
No sé si el sistema educativo actual favorece o fomenta la curiosidad sobre algo que no sea la comodidad, el igualar por abajo, el hedonismo, la falta de esfuerzo, la exigencia de bienes de consumo,…. Pero en manos de los padres y de los educadores está el provocar, desde la más tierna infancia, la admiración por la naturaleza, por la lectura, por las artes, por los idiomas, por los sistemas de pensamiento, así como despertar el afán de saber, de aprender, y de realizar el esfuerzo necesario para conseguirlo.
Un medio educativo de primer orden son las excursiones. No me encuentro con ningún antiguo alumno que no me recuerde lo que aprendían en las excursiones: “¡Ay!, no me había imaginado que existiesen tantos tipos diferentes de musgos, …”, “Una cosa es ver las diapositivas en clase, y otra muy distintas verlas vivas en el campo, integradas en el paisaje, …”, “Cuando de verdad aprendí fue en las excursiones, viendo la Botánica en la realidad, …” , son algunas de las expresiones que oigo habitualmente en mis contactos con exalumnos. La compañía y el ambiente distendido de la excursión, el esfuerzo físico de trasladarse por montañas y valles, el paisaje, el frío o el calor, la sed, el sudor, la comida en el prado o en el bosque, todo ello es la preparación ideal para admirar la diversidad vegetal, sorprenderse ante formas, colores y hábitats, y provocar el afán de saber.
A cursar estudios de Botánica no vienen muchos, ya que no hay un atractivo económico fulgurante, pero existe la ventaja de que, los que vienen, son vocacionales.
-9- ¿Volvería a estudiar y trabajar en lo mismo o elegiría otra profesión?
Volvería a hacer lo mismo que he hecho. La investigación y la docencia universitaria han llenado mi vida. Doy gracias a Dios por haber acertado en mi dedicación profesional y personal.
-10- Revisando algún estudio suyo descubrí la “Oxalis latifolia”, que tanto incordia en mi jardín. ¿Qué le animó a estudiar su expansión y cómo se puede erradicar sin dañar o envenenar las plantas que la rodean?
Oxalis latifolia es una mala yerba de origen tropical que, en el País Vasco, recibe el nombre de Barrabasa. Con ese nombre, poco bueno se puede esperar de ella.
En el equipo de investigación queríamos estudiar con finura la biología fina de alguna mala hierba. El doctorando que iba a realizar el estudio indagó en su tierra, Guipúzcoa, alguna mala hierba que fuera especialmente odiosa para los agricultores. Invariablemente, éstos le respondían que la Barrabasa. Así que decidimos estudiarla.
Resultó que la Barrabasa es una especie con gran eficacia biológica: tiene alta productividad de biomasa, que se acumula en forma de bulbos y bulbillos, cada uno de los cuales actúa como diáspora, para mantenerse en el lugar y para conquistar nuevas áreas. Las propias labores agrícolas provocan la dispersión de los bulbillos, lo que produce nuevos focos de infestación. En la tesis del doctor Royo se exponen los métodos de lucha, que son complicados pues combinan varias estrategias de lucha contra las malas hierbas, como el volteo del suelo para enterrar los bulbillos a profundidad, el uso de algunos pocos herbicidas, la defoliación manual, incluso la rotación de cultivos, o el barbecho, costosas todas ellas, y encaminadas a producir el debilitamiento de los bulbos infestantes hasta agotar sus reservas, para evitar que vuelvan a producir hojas aéreas. La erradicación es posible, pero exige un cuidadoso calendario de actuaciones variadas.
-11- ¿Cuál es el mensaje más claro que nos da la naturaleza?
El poder y la sabiduría de Dios nos hablan por sí solos a través de la naturaleza. Pero es necesario entender su lenguaje. ¡Qué tarea tan apasionante!
La naturaleza es nuestro “hogar”. De Dios hemos recibido el mandato de “Dominad la Tierra”: pero dominar no significa destruir. La naturaleza es un don de Dios, que hemos de conocer, cuidar y poner a nuestro servicio, pero sin aniquilarla.
-12- ¿Hay muchas especies en vías de extinción en Navarra?, Por qué y cómo se puede evitar?.
Muy pocas, si es que hay alguna.
Por otra parte, la naturaleza que observamos es el resultado de un delicado equilibrio entre las condiciones ambientales, las exigencias ecológicas de las especies, y su capacidad y posibilidades de reproducción y dispersión. Como las condiciones ambientales –incluida en ellas la actividad humana- son cambiantes, en un determinado territorio unas especies se van y otras vienen: es un dinamismo continuo e inevitable, por mucho que luchemos. Pero tampoco hay que preocuparse demasiado, porque el fenómeno es reversible. Si las condiciones ambientales revierten a lo que eran en algún periodo anterior, las especies adaptadas a ese ambiente volverán por sí mismas. Por ejemplo, si el ambiente se hace más seco, algunas especies exigentes en humedad podrían ser eliminadas, pero otras nuevas, resistentes a la sequía, aparecerían. De modo que la riqueza florística del territorio se mantendría más o menos constante.
Por otra parte, Navarra es muy extensa y tiene bien conservado su patrimonio de biodiversidad. No hay que temer una pérdida de diversidad vegetal en Navarra.
-13- ¿Le puedo preguntar por su día a día actual?
¿Por qué no? En la actualidad, y como siempre anteriormente, mi vida se reparte en tres actividades:
1. Relación filial con Dios, de la máxima importancia
2. Ocupación profesional
3. El descanso y el trato con mis familiares y amigos
El trato filial con Dios me lleva a tratar a Dios como Padre, a confiar en Él y a dedicar tiempo a tratarle diariamente, así como a la formación continuada, doctrinal y religiosa, necesaria para mantener a punto a punto mi vida espiritual.
La ocupación profesional incluye trabajo de investigación, ahora por mi cuenta y riesgo, docencia práctica en excursiones, y la apertura y mantenimiento de mi casa –que procuro que sea un hogar luminoso y alegre- a estudiantes extranjeras de postgrado-
Tratar a mis hermanos y a sus familias, así como a las amistades de Pamplona, de España y de los 31 países cuatro continentes que he visitado en mis actividades universitarias y sociales, supone para mí un grato descanso.
-14-¿Qué echa de menos de su vida profesional?
Nada. Al jubilarme sólo han cambiado el lugar de mi trabajo y los jefes intermedios, porque mi Jefe superior sigue siendo DIOS, mi jefe inmediato sigo siendo yo misma (siempre a las órdenes del Jefe superior) y mis ocupaciones siguen siendo investigación y docencia.
Ahora me dedico a la fotografía artística de la rica flora y del paisaje navarros, especialmente en el tema de los carbonatos –los roquedos calcáreos-.
En cuanto a la docencia, la ejerzo con cualquiera que quiera acudir a mis excursiones semanales, especialmente con niños de 8-9 años acompañados de sus padres. Me impresionan su capacidad de admiración, sus atinadas preguntas, su afán de aprender, su capacidad de retención: en las excursiones cada uno recibe a medida de su capacidad. Me ilusiona pensar en la formación que puedo impartir a esas familias, niños y padres incluidos, mientras los hijos realizan, jugando, un ejercicio físico al aire libre. Ellos me contagian su interés, su alegría, su dinamismo, su amistad, … .
-15-¿Qué no haría ahora profesionalmente o haría de otra manera?
He puesto siempre todo mi corazón y todas mis fuerzas en mi tarea profesional. He corregido el rumbo cuando lo he visto necesario. No tengo nada de qué arrepentirme, y sí, tengo que dar muchas gracias a Dios por las fuerzas y por las ayudas recibidas de sus manos durante los años de mi dedicación universitaria, para realizar las tareas pertinentes siempre con la ilusión del primer día.
-16- He leído un artículo que me sorprendió enormemente sobre usted, y es que utiliza el patinete como medio de desplazamiento, ¿no teme a la fractura de cadera?.
¿Por qué iba a fracturarme la cadera, si la patineta –que no el patín o el patinete- tiene tres ruedas en triángulo, lo que le da una estabilidad muy valiosa? No así la bici, que es un vehículo, también de tracción “animal”, pero absoluta- y peligrosamente inestable.
La patineta te permite callejear por Pamplona, acercarte a todas partes, hasta hacer la compra, con cierta rapidez, y aprovechar esos desplazamientos necesarios para hacer ejercicio físico, en vez de ir en coche o en autobús.
Moverte en patineta recuerda la sensación del esquí de fondo, sin necesidad de nieve; o del esquí acuático, sin necesidad de agua ni de remolque; o de los simples patines, sin necesidad de calzar botas de ruedas. Yo salgo desde el portal de mi casa, disfrutando del patinaje, haciendo ejercicio físico y con el problema de transporte diario resuelto. Y baratísimo: por 79 euros vengo patinando desde la Navidad de 2010, sin otros gastos de mantenimiento ni de combustible. Además es una actividad “muy ecológica”, porque no contamina el medio ambiente y te permite disfrutar del aire fresco de Pamplona.
-17- Me han contado que ha sido usted pionera en muchos aspectos de su vida, ¿usted tiene esa impresión? Y qué es lo más intrépido que ha llegado a hacer? (y que se pueda contar).
Esta es una pregunta “muy íntima”, que exige una respuesta también muy íntima. Pero se la voy a dar.
Una cosa es ser pionera y otra ser intrépida, aunque sí que es verdad, que el pionero necesita un buen grado de intrepidez.
He de confesar que sí tengo la impresión de ser intrépida, aunque no le doy demasiada importancia. Es el resultado de mi manera de enfrentarme a los problemas.
Uno de mis criterios de actuación ha sido siempre, y lo es en la actualidad, observar fríamente los problemas de la vida, analizar qué medios para resolverlos ofrece la sociedad actual vertiginosamente cambiante e innovadora, y decidir el mejor camino para resolver cada problema concreto, sin quedar atrapada en soluciones tradicionales, tantas veces anquilosadas y repetitivas. En resumen, se trata de resolver los problemas utilizando aquello que tengas a mano. El resultado de esa manera de pensar es que resultas pionera a los ojos de los demás, sin proponértelo, a pesar tuyo. Pero es algo que hemos hecho en casa –padres y hermanos- de ordinario.
Así, cuando en el colegio varias veces me limpié los mocos con una hoja de papel arrancada de un cuaderno, porque me había olvidado del pañuelo de tela, las profesoras y las compañeras hacían comentarios poco favorables a mi persona. A mí no me importaban para nada, porque había solucionado de la mejor manera posible, un problema perentorio, que era limpiarme los mocos. Hoy, nadie se acuerda ya de los pañuelos de tela, los más jóvenes ni los han conocido: es la primera vez que recuerdo de haberme adelantado a los tiempos.
Otro ejemplo es ya de mis tiempos de estudiante universitaria en Madrid. Corría el año 1959. El tráfico rodado en la ciudad era infinitamente menos problemático que en la actualidad. Para ir desde mi casa a la Facultad de Farmacia necesitaba metro y autobús: a mí me parecía que tardaba una eternidad. Moto no quería, para bici estaba lejos. Pero oí hablar de unas bicis con motor, las “velosoles”, que tenían unidas las ventajas de las bicis y de las motos, sin los peligros de éstas últimas. Y me compré una velosoles, con la que llegaba tan flamante, y en un periquete, a la Facultad. Mi vehículo debió de causar admiración entre mis compañeros, que decidieron hacerme un “homenaje” para ridiculizarme, al tiempo que me exigían la “quema del herbario”: a la salida de clase de Botánica me encontré la velosoles en plena explanada de acceso a la Facultad, ornada y cubierta con ramas de cedro, cortadas de los árboles próximos al edificio, y con algunas plantas herbáceas y a mis compañeros de clase rodeando el vehículo y esperando mi reacción. Yo, que salía de clase de Botánica, cargada con el herbario, me encontré con aquel espectáculo de mofa y me quedé, de momento, un poco paralizada. Pero reaccioné, salí decididamente del edificio, agradecí con voz potente el “homenaje a la velosoles” y les dije que el herbario de ninguna manera iba a quemarlo, porque era mi instrumento de trabajo. Me adelanté hacia el vehículo, le liberé de los ramajes, até el herbario al soporte posterior, me despedí de mis compañeras/os y arranqué la máquina. Les chocaba ver una mujer estudiante, motorizada en aquellos años cincuenta. Otra vez me adelantaba a los tiempos. Se manifestaba nuevamente mi condición de pionera.
En 1956-57 estudié inglés en el Reino Unido, cuando todavía casi no se podía salir de España, he visitado varios países del Este de Europa en los años setenta-ochenta, mucho antes de caer el telón de acero, he estudiado polaco en los años 70, y ruso a partir de 1991, he participado como única representante española en un Congreso de Biología celebrado en Australia, soy la primera doctora en Farmacia por la Universidad de Navarra, he utilizado mis propias diapositivas en clase desde 1971, me compré un FAX cuando todavía ni en las instituciones universitarias habían comenzado a usarlo, propicié la compra de un ordenador en mi departamento universitario cuando su uso parecía una locura, he viajado por toda Europa viviendo y durmiendo en vehículos algo adaptados al efecto, …
Últimamente han causado sensación mis movimientos en la patineta. Hacia mayo-junio de 2011 me han hecho reportajes periodísticos y he aparecido en 5 canales de televisión de difusión regional o nacional. Por la calle la gente se para, se vuelve al verme pasar, mira, hace comentarios variopintos, sorprendiéndose de ver a una mujer de 72 años moviéndose ágilmente entre los peatones por las aceras, o entre vehículos a motor por la calzada. Yo, si no llevo prisa, les ofrezco, a niños, jóvenes y adultos, probar la patineta: y muchos lo hacen. Piensan que la he comprado en un país extranjero, pero no, la encontré en el Corte Inglés.
Algo de lo más intrépido que he llegado a hacer es atravesar Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Polonia, Bielorrusia, para llegar a Moscú, en una Nissan-Vanette, acompañada de una amiga moscovita. Fue en 1993 y en Rusia no vendían gasóleo al público. Pregúntese Ud. cómo llegamos a Moscú: milagros de la vida en la ex Unión Soviética.
Otro episodio de gran intrepidez fue, desde Moscú, viajar a los Países Bálticos, para acompañar al Papa durante la visita pastoral que realizó a esos países en el verano de 1993. No sabía ni el calendario ni el itinerario de la visita, no conocía ni los países, ni sus lenguas, ni sus monedas. Durante 5 días pude participar en la Santa Misa celebrada por el Beato Juan Pablo ll en otras tantas ciudades: fue una aventura grandiosa.
Resumiendo, he procurado seguir un consejo que mi padre había aprendido de algún autor clásico: “Sé audaz. Sé más audaz. No seas demasiado audaz”. Cuando alguna vez me he pasado de audacia, Dios ha extendido su mano protectora, y no ha sucedido nada malo.
-18-Le parece que las personas mayores están desapro-vechadas en la sociedad, y si es así, ¿cómo cree que se puede poner en valor esa fuente de experiencia y conocimientos de todo tipo que atesoran?
Me parece que muchísimas personas mayores realizan un gran servicio social “haciendo familia”, cuando, en su función de abuelos, o de tíos-abuelos suplen a sus hijos, ausentes por exigencias de horarios laborales. En esa función supletoria son transmisores de experiencia, de cultura, de conocimientos, de cariño, de espiritualidad. Su influencia sobre los nietos es imborrable.
Otras muchas personas mayores llenan sus días con actividades de voluntariado, de gratuidad, de donación. Me parece que, a pocas fuerzas que se tengan, los mayores se buscan actividades de servicio a su medida, que llenen su tiempo libre. Pero también hay que comprender que, a partir de un cierto momento, las fuerzas empiezan a fallar y ya el único servicio que se pueda ofrecer es hacerse cargo de uno mismo, hasta que el decaimiento es tan fuerte, que la persona se hace dependiente.
-19- ¿Cual es la especie vegetal que usted considera que más ayuda a la humanidad?
Todas las especies vegetales, a su modo, ayudan a la humanidad: ya sean comestibles, medicinales, ornamentales o madereras.
Las especies que el hombre ha seleccionado como comestibles, y que se cultivan a gran escala, me parecen auténticas joyas: han permitido el aumento de la población a nivel mundial y aseguran su alimentación. Son por ejemplo, especies de la familia vegetal Poáceas, como: el arroz en Asia, el maíz en la América tropical, el trigo y el centeno en Europa. En esos tres continentes, la humanidad ha crecido y producido frutos de civilización. Ni en África, ni en Australia, seleccionó el hombre autóctono ninguna Poácea que le sirviera de base alimenticia: quizá por eso, ni el número de sus pobladores, ni sus construcciones culturales han alcanzado el impacto producido por el hombre en Asia, o América, o Europa.
Pensemos también en el capítulo de frutas: de países tropicales, y templados, y mediterráneos, y boreales; o en los capítulos de las verduras, de las legumbres, de los tubérculos, rizomas y raíces, de los condimentos. En cuanto a frutas: la piña tropical, el aguacate, el mango, o el plátano; la cereza, la ciruela, la fresa, el kiwi, la pera, o la manzana; la naranja, la mandarina, la aceituna y el aceite, o la almendra; la frambuesa, el arándano, y otras frutas del bosque. En cuanto a verduras: la alcachofa, el espárrago, la coliflor, el brócoli, el repollo, berenjena, calabacín, pepino, puerro, el pimiento, lechuga, escarola, tomate. Entre las legumbres, la soja, el cacahuete, la judía, el haba, el guisante, el garbanzo, y la lenteja. Entre los alimentos que hay que sacar de debajo de la tierra: la patata, los boniatos (o batatas), la mandioca (o yuca), el camote, el ñame, el taro, la remolacha, la chufa, la zanahoria, los rabanitos, la pataca. Entre los condimentos: jengibre, cúrcuma, ajo, cebolla, pimentón, apio, perejil, eneldo, orégano, tomillo, cominos, salvia, anís, guindilla, … .
Después de esta enumeración, se me hace la boca agua. Lo dicho: cada una de esas especies vegetales es una joya para la humanidad: producida por la evolución vegetal, seleccionada después por el hombre para subvenir a sus necesidades.
De todos es conocida la importancia de las especies medicinales: baste decir que muchos de los medicamentos usados actualmente son derivados de plantas, o copias químicas de sus productos activos, o moléculas químicas inventadas a partir de las producidas por los vegetales.
Respecto a las especies ornamentales, el hombre ha conseguido que LAS PLANTAS HABLEN. Fíjese, si no, en el slogan: “Dígaselo con flores”.
En cuanto a las especies madereras, hay que pensar en los edificios de madera de los países fríos, y en el papel de la madera para la construcción antes de que se generalizara el uso del cemento y del hormigón armado. La madera se usa también para fabricar papel, de enorme importancia antes de la era digital.
-19 B. ¿Conoce alguna especie vegetal que ayude a prevenir el envejecimiento del organismo humano, o que al menos esté en estudio?
De mi contacto con la Naturaleza he aprendido que todos los seres vivos corporales empiezan su singladura en forma de zigoto –huevo- y pasan por diversas fases –embrionaria, juvenil, adulta, provecta- para acabar muriendo. No conozco ninguna planta que prevenga el envejecimiento del organismo humano. Sería una panacea. Pero sí que conozco un medio infalible para evitar el envejecimiento del organismo espiritual, que también es parte del hombre, y ese remedio es el amor a Dios y a los demás por Dios. Siempre podemos crecer en nuestra capacidad de amar y de servir a los demás, no sólo desde el punto de vista humano –que es mucho- sino también desde el punto de vista sobrenatural, ya que por el bautismo hemos recibido al Espíritu Santo – el AMOR en PERSONA- que potencia infinitamente nuestra pobre capacidad humana de amar. Esa es una tarea apasionante, capaz de mantener la juventud de espíritu, cualquiera que sea la decrepitud del cuerpo.
-20- ¿Qué consejo le ha ayudado más en su vida, y cuál es aquel que suele dar con más frecuencia?
Uno que me dio mi padre cuando, justo antes de mis primeros exámenes siendo niña, y después de haberlos preparado a fondo, me veía atemorizada ante la perspectiva de no saber la asignatura: “No te preocupes. Has trabajado a fondo. Ni tú, ni nosotros, ni Dios mismo, te pueden exigir más. Vete tranquila, independientemente de cuál sea el resultado del examen”. Con ese consejo mi padre consiguió, no sólo que dominara mi miedo natural ante los exámenes, sino que aprendiera, para el resto de mi vida, una actitud fundamental: está en nuestras manos poner los medios necesarios para conseguir un objetivo, pero el resultado del trabajo realizado está en manos de Dios. Desde entonces, esta reflexión me ha ayudado mucho: siempre me ha dado seguridad.
¿Consejo que suelo dar? Procuro hacer comprender, de modo adecuado al interlocutor, el valor del esfuerzo y del trabajo, que siempre producen frutos sabrosos, entre ellos la alegría y la paz interior.
-21- ¿qué percepción tiene del paso del tiempo? ¿Le da miedo el final de la vida?
En el tiempo no hay diferencia entre los hombres, no hay ricos y pobres en cuanto al tiempo: los días tienen 24 horas para todos. El tiempo pasa, sin que podamos retenerlo, como se escapa el agua de las manos. Lo que hay que hacer es aprovechar el tiempo, llenando de trabajo y de servicio, por amor a Dios y a los hombres por Dios, ese capital de 24 horas diarias que todos tenemos. No conozco manera mejor de llenar de sentido la vida. Si te esfuerzas en vivir así, el paso del tiempo te llena de alegría.
De mi padre aprendí que la muerte es un acto más de la vida. Hay que contar con ella, lo que nos espoleará a aprovechar el tiempo, el momento actual, lo que tenemos entre manos: realizar bien esta tarea que tengo que hacer ahora.
Y rezar. Ante los atardeceres de Castilla, cuantas veces he oído exclamar a mi padre, con palabras que eran una oración: “¡Que el ocaso de mi vida tenga la augusta serenidad de este atardecer!” … Y en su caso, así fue.
… Y, al final, sí, por la misericordia de Dios, Le veremos tal cual es. ¡¡Qué súper-emoción!! Cómo en las películas, que lo mejor viene a final,…, que es ¡¡el principio de … la eternidad c o n D i o s !!
-22- Esta revista está dirigida a profesionales en contacto con persona mayores o con interés en ésta etapa de la vida, ¿qué le parecería conveniente añadir?
Ya lo he dado todo. Pero voy a repetir un consejo válido para uno mismo y para los demás, incluso si son mayores: “Aunque sea poco a poco, buscar la manera de, y conseguir poner ilusión, en la pequeña tarea –aunque sea pequeñísima- que tenemos entre manos, para llenar de contenido el minuto actual, y así, la vida que tenemos por delante, hasta que Dios quiera.
FINAL
Al terminar la exposición de estos aspectos de mi vida, sobre los que me ha preguntado, quiero manifestar que, al considerar a vista de pájaro los grandes hitos de mi vida, me colmo de alegre agradecimiento a Dios por todos los dones recibidos. Hago también extensivo mi agradecimiento a todas aquellas personas que han actuado como instrumentos: de las que se ha servido a lo largo de estos años para hacerme llegar sus dones, al tiempo que ruego a Dios me conceda llenar de amor y de obras de servicio el tiempo que tenga a bien concederme de ahora en adelante.
Es una profesora muy valiente, por su edad y forma de ir a trabajar.
ResponderEliminarMariale muy bonito
ResponderEliminarEs una profesora muy valiente, por su edad y forma de ir a trabajar.
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